domingo, 10 de junio de 2012

¿Amor por la camiseta?
“A menudo los niños se nos parecen…” dice la canción de Serrat, y nos preguntamos les pasa eso a los super profesionalizados jugadores de futbol de nuestro querido club?
Esos muchachos que diariamente se levantan y deben mantener un rigor extremo con su condición física, su alimentación, su vida cotidiana…
O aquellos que llegan cada mañana al entrenamiento con la intención de hacer lo  mejor para que el técnico los elija para el domingo, trabajando a la par de los talentosos, sabiendo que natura los dejó en la cola a la hora de repartir destrezas …
O los otros que ya firmaron con la cadena deportiva un contrato de exclusividad para representarla y que tienen asegurada la presencia semanal en la radio futbolera o en el programa de tv cotidiano…
El amor por la camiseta es de estos, aquellos o los otros?  Te invito a pensar en ese jugador que todos los domingos ves en tu equipo y te muestra que sufre igual que vos cuando eras un niñito, incluso hasta el llanto, cuando tu equipo perdía y se venía la gastada con tus compañeritos del colegio. En que se parecen? Probablemente termine el partido con las rodillas sucias como vos en el campito, y hasta capaz que se escapó más de una vez de las obligaciones familiares para estar presente en la arena de los desafíos con la barra contraria.
Más allá de estos y aquellos, de sponsores  y contratos, de mujeres fáciles y fama, de millonarias primas o de pagos incumplidos, siempre estarán esos que podemos mirar a los ojos aún en la derrota y saber que dejaron todo por esa camiseta.
Seguramente vos, querido lector, puedas descubrir ese niño que hay en ti, ese que vive dentro tuyo y que vibra cuando recuerda el primer gol que hiciste en el potrero o con la primera pelota o  con la camiseta aquella que venía sin sponsor que te regalaron…es más hasta apuesto que mientras lees estas palabras esos recuerdos se hicieron presentes, y probablemente hasta sentís parte de aquella emoción…
Eso que te está pasando ahora, también le pasa a ese muchacho que domingo a domingo se estremece cuando escucha corear su nombre o cuando te quedan las manos rojas de tanto aplaudirlo…es cuestión de buscarlo, de identificarlo y de honrarlo con tu respeto…probablemente él pueda contagiar al resto y te ayude a ver nuevamente a 11 niños en la cancha que jueguen con el mismo amor por los colores cada domingo y que quieren llegar a lo más alto.

Gracias JF por tu colaboración. Sos un grande!

1 comentario:

  1. Muy bueno JF.En cualquier momento te vemos con Alejandro Apo en algún teatro

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