Mexico y una lección de humildad
Wembley fue testigo de la verdad del futbol revelada. El Sábado 11 de Agosto de 2012, quedó en evidencia una vieja enseñanza de los sabios de este deporte: los partidos hay que jugarlos.
Para los argentinos, que no estuvimos en los Juegos de Londres, también hubo una enseñanza. Siempre denostamos lo que hacemos. Cuando Argentina ganó el Oro por primera vez en la historia de nuestro fútbol, se dijo que no le habíamos ganando a nadie. Cuatro años más tarde, en Beijing, retuvimos el Oro y tampoco jugamos con nadie.
En Londres estuvieron los dos que tenían que estar: España, como campeón del mundo (en Sudáfrica 2010) y flamante campeón de Europa en Ucrania/Polonia (retuvo el título de cuatro años atrás) y Brasil, el candidato de todos. El de los jugadores millonarios.
Y para sorpresa de todos, ninguno de los dos grandes cucos pudo. Mexico silenció a todos en Brasil y lo dejó con la medalla de Plata. Entonces, cuando ganamos nosotros es porque no jugamos con nadie pero si los mejores no pueden, es porque es difícil ganar. O me equivoco?
Pero dejemos de lado las discusiones caseras y repasemos. Oscar al Chelsea por u$s 30 millones, Thiago al PSG por otros u$s 25 millones (en un combo con Zlatan Ibrahimovic), Moura (el que querían todos, el Real Madrid, la Juventus, el Inter, etc) al PSG por otros u$s 40 millones (no se sabe bien la cifra), Neymar no tiene precio y los rumores dicen que está cerrado su pase al Barcelona (solo se discute cuando). Marcelo, Rafael, Damiao, etc. Pero además, dudo que el equipo que Brasil ponga en el debut del Mundial 2014, donde será local, sea muy diferente al que empezó jugando la final hoy.
Mexico? Pido disculpas. Salvo a Giovanni Dos Santos (un Messi mejicano) que encima no jugó por lesión, al resto ni los conozco. Trabajaron en silencio, muy seriamente. No les sobró nada. Y se quedaron con todo.
En futbol, como en todos los deportes, primero hay que jugar. Sobran ejemplos pero nos falta tiempo para enumerarlos. Lo cierto es que Brasil se quedó sin la medalla de Oro que hasta ahora es lo único que le falta en sus vitrinas. Deberá trabajar pensando que además de tener dinero, nombres y lujo, hay que ganar. Pero no antes, después de los 90 minutos.
Y para nosotros los argentinos, exitistas como pocos en el mundo, si bien no se nos da un Mundial desde Mexico 1986, los dos Oros consecutivos en Atenas 2004 y Beijing 2008 constituyen un logro digno de ser respetado y admirado.
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